Si buscas una rutina de belleza de día efectiva y basada en estudios dermatológicos, estos son los productos que no pueden faltar. Combinan ingredientes avalados por la ciencia para controlar el sebo, calmar la piel, mantener la hidratación y protegerla del sol.
1. Limpieza comedolítica: ácido salicílico al 0,5–2 %
El primer paso es usar un gel o limpiador con ácido salicílico, un beta‑hidroxiácido que penetra en los folículos, promueve la exfoliación y reduce comedones sin irritar. Estudios clínicos avalan su eficacia en concentraciones de 0,5–2 % para pieles grasas con tendencia acneica.
2. Sérum seborregulador: niacinamida 2–4 %
La niacinamida (vitamina B3) regula la producción de sebo, minimiza poros dilatados y tiene efecto antiinflamatorio. Varios ensayos demuestran reducciones de sebo y de la inflamación tras 4–8 semanas de uso diario.
3. Hidratación ligera: ácido hialurónico de bajo peso molecular
Incluso las pieles grasas necesitan hidratación para evitar el “efecto rebote”. Un gel con ácido hialurónico de bajo peso molecular restaura la humedad sin dejar sensación grasa. Revisiones científicas muestran mejoras en textura y elasticidad tras horas de aplicación.
4. Fotoprotección diaria: SPF 30+ mineral u oil‑free
La radiación UV agrava la inflamación y marca la piel. Usa cada mañana un protector solar con minerales (óxido de zinc/titanio) o fórmulas oil‑free. Los expertos recomiendan filtros micronizados por su alta eficacia y sensaciones ligeras.
5. Complementos opcionales
- Peróxido de benzoilo (2,5–5 %): antibacteriano y queratolítico para brotes localizados.
- Ácido azelaico (10–15 %): antiinflamatorio y despigmentante de marcas post‑acné.
¿Dónde conseguirlos?
Encuentra estos productos en farmacias y parafarmacias especializadas, así como en tiendas de cosmética dermatológica autorizadas, donde recibirás asesoramiento profesional.